Por que se llama este ponqué Sulú o Zulú?, es debido a la harina o fécula que se utilizaba originalmente en su preparación, el nombre científico de la planta es MARANTA ARUNDINACEA L., conocida vulgarmente en Venezuela, Colombia, el Caribe y USA como Zulú, Sulú, Sagú, arrowroot. En la zona de la península de Paria, Edo. Sucre, Venezuela, se utilizó en siglos pasados la harina de Sulú como parte de la dieta popular, elaborándose tortas y hasta bebidas. No pude averiguar si la palabra correcta es Sulú o Zulú. Lo importante es el legado que nos dejaron nuestras abuelas al darnos a conocer este delicioso ponqué, apto para celiacos, ya que no lleva harina de trigo. Ustedes me preguntaran donde se consigue la harina Sulú y yo les diré que no tengo la menor idea, supongo que todavía se podría conseguir en tiendas artesanales de la región oriental de Venezuela. Pero nuestras abuelas fueron muy sabias y se dieron cuenta que podían sustituir la harina de Sulú, por harina o fécula de papa (Patata, Chuño), aunque he oído que también puede sustituirse por harinas ya sean de arroz o maíz. En la actualidad, casi todas la recetas del Ponqué de Sulú utilizan la harina o fécula de papa, y con ella es que vamos a preparar nuestro Ponqué, que se distingue de los elaborados con harina de trigo, por el resultado final que es una masa entre seca, arenosa y esponjosa, que la hacen que se
disuelva en la boca de manera muy especial. Se acostumbra a prepararlo en un molde redondo
con hueco en el centro, por que? tampoco lo se, hay quienes dicen que se cocina mejor y evita que la misma se baje en el centro. En nuestro caso no usaremos para seguir la tradición un molde redondo con hueco en el centro, también conocido como Molde para Biscocho o Angel Cake Pan, la razón, fue que no lo encontramos en nuestra despensa.Tengo 2 recetas familiares que me hicieron llegar por vías distintas dos grandes amigas, la primera fue la Nena Ayala, que cuya autoría es de su tía abuela Isabel Aguerrevere de Manrique y la segunda de manos de Belisa Vegas de De Majo, receta proveniente de los fogones de su mamá, Isabel M. Castro de Vegas. Ambas recetas parecidas pero con algunas particularidades que las hacen lógicamente diferentes. Yo no voy a entrar en el compromiso de compararlas, le dejo ambas recetas para que ustedes las prepararen y disfruten. Por nuestra parte, mis hijas, ya que yo particularmente no me va bien con las tortas, prepararon ambas recetas y realmente el resultado es que las dos son deliciosas.
TORTA DE ZULÚ DE MAMAMAMA (Isabel Aguerrevere de Manrique ).
Ingredientes:
½ kilo de polvo de zulú o fécula o harina de papa
½ kilo de mantequilla
8 huevos
½ kilo de azúcar
1 ½ cucharadita de polvo de hornear
Molde redondo
Preparación:
Engrasar previamente el molde. Colar la harina de zulú o fécula de papa junto con el polvo de hornear en un colador fino. En la batidora mezclar la mantequilla hasta que esté cremosa.
Agregar el azúcar, seguir batiendo. Añadir los huevos, uno a uno. Bajar la velocidad de la batidora y agregar la harina de zulú y cuando esté mezclado, subir de nuevo la velocidad. Verter la mezcla en el molde engrasado. 
Prender el horno pero solo en el momento de meter la torta al horno (no antes). Hornear por 45 minutos. No abrir el horno antes de ese tiempo para chequear si el ponqué arenoso está listo. Desmoldar sobre un platón, rociar con azúcar pulverizada. ¡BUEN PROVECHO .......!!!!!!!!!!!! Es mi preferida para un desayuno con café con leche o chocolate o para un brunch.
A continuación la receta de la Familia Vegas,
TORTA DE SULÚ (Isabel M. Castro de Vegas.)
Ingredientes:
500 grs. Mantequilla
500 grs. Azúcar.
8 Huevos
450 grs. de Fécula de papas
50 grs. de Maicena
2 Cucharadas de polvo de hornear
Preparación: 
Se pone a batir la mantequilla por 30 minutos, se agrega la azúcar poco a poco. Se echan los huevos a temperatura ambiente uno a uno. Luego se agrega la fécula mezclada con los demás ingredientes secos y cernida por cucharadas. Se engrasa un molde y se enharina. Se hornea la mezcla a 350º F por una (1) hora. Se desmolda despues de reposar 3/4 de hora.
Lo único que puedo agregar como consejo es que todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente.
Les doy las gracias a Olga Cecilia y a Belisa por haberme facilitado estas recetas familiares y tener la oportunidad de publicarlas en El Fogón de Polo.
Estábamos Maria Eugenia y yo, semanas atrás, visitando a nuestra hija María Fernanda y su esposo Carlos, en su casa de Pompano Beach, cuando pregunta mi yerno si queremos comer Stone Crab, inmediatamente dije que si, manos a la obra, entonces me comenta que el mejor sitio para comprarlos es una ciudad del sur de la Florida, llamada Everglades City, lindante con el Parque Nacional de Los Everglades y en frente del fabuloso paisaje conocido como “Ten Thousands Islands” (Las Diez Mil Islas). 
Carlos es piloto comercial, y para poder degustar los cangrejos y decir que realmente los comimos frescos, nos fuimos en avioneta a Eveglades City, un viaje de 25 minutos, aterrizamos en su pequeño aeropuerto, nos estaba esperando un auto, que nos envió la procesadora, donde iremos a comprar los cangrejos. Me llamo mucho la atención en la cerca de la entrada del aeropuerto muchas matas de pimienta roja, que me 
comentaron que vienen del Brasil (Brazil pepper; Schinus terebinthefolius Radii) y que por cierto se han convertido en un cultivo muy invasivo en el Sur de la Florida, esta prohibido cultivarlas. Probé alguna de sus bayas y tienen un sabor a pimienta con un toque dulce. También es considerada tóxica si se consume en cantidades ya que esta clasificada como moderadamente tóxica. Al llegar a procesadora, a unos 10 minutos de distancia del aeropuerto, el espectáculo era maravilloso, a cada rato llegaban las embarcaciones pesqueras, dejaban su pesca, léase las garras, muelas o macanas de los Cangrejos y allí de inmediato las cocinaban en unas enormes ollas de presión. Luego las pasaban a unos refrigeradores en donde las terminaban de procesar y las clasificaban según su tamaño para su comercialización. Siempre había visto en los restaurantes muelas de tamaño regular, pero allí tuvimos la oportunidad de ver algunas realmente gigantes, de casi medio kilo de peso cada una y 
del tamaño de una palma de la mano de un adulto. Luego de hacer la compra respectiva, nos llevaron de regreso al aeropuerto y el vuelo de regreso casi anocheciendo, nos brindo un atardecer espectacular sobre los pantanos de los Everglades, eran las 6 y 30 p.m. A las 8 y 30 p.m, ya estábamos degustando ese delicioso majar, con 2 tipos de salsas, una que compramos allá mismo a base de rábano picante (horseradish) y la otra que preparamos fue mantequilla clarificada con limón. Les dejo para su disfrute visual algunas fotos para que compartan con nosotros ese pequeño festín. Buen provecho. 
